Muy seguido me preguntan si no me
resulta aburrido tener que viajar tanto todos los días para asistir a la
escuela. Lo que respondo siempre es que no, al contrario, lo disfruto mucho.
Son treinta minutos de música a todo volumen en mis oídos y el paisaje de
siempre contemplado a través de una ventanilla. Pero además esto eso que lo
hace todo más interesante: el conocer gente nueva. Gente de esa con la que
únicamente compartes unos cuantos minutos en el autobús, pero te hace querer
contar. Eso, ser nueva para alguien y que lo sea también para ti. Decidir que
parte de tu vida le cuentas y que parte no, las cosas buenas o las cosas que no
lo son tanto. Sólo hablar. Sentirse
extrañamente cómodo con su compañía y hacer placentero el recorrido. Qué más da
de donde viene y a dónde va, si es muy poco probable volver a encontrarse,
¿para qué entrar en detalles personales? Incluso, a veces hay cosas que
resultan mejor en la incertidumbre, a veces sabes cosas de las personas que te
hacen verlas de un modo bonito, y cuando te enteras de algo más, la perspectiva
cambia completamente y se estropea. Como el señor de aquella parada de autobús
que me pidió amablemente ayudarle a escribir un mensaje en el celular y termino
charlando conmigo durante los próximos quince minutos. Su pasado era algo que
yo no pedí que me dijeran, no tenía que saberlo, para nada. Y ahora, por más
que quiera borrar esa información de mi cabeza, ya no le veo igual. Por eso creo
que es mejor escapar antes de que se arruine todo, dejar que el momento termine
con un pensamiento de me encantó viajar
contigo, y sólo eso.
¿Gente nueva? Se ve todos los
días, pero gente que te haga sentir a gusto, muy pocas veces. Pero quizás haya
alguien cerca que te haga sentir de esa manera. Alguien con quien quizás nunca
hables: la chica que se sienta en aquel rincón del salón, la de los lentes que
siempre parece estar en su mundo, la que nunca sonríe, o qué sé yo, cualquier
persona puede aparecer en el momento menos esperado y ser una perfecta
compañía, e incluso alegrarte el día…
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