Estaba loca, joder, estaba loca. Tenía en su cabeza una locura preciosa. ¿Cómo no iba a perder la puta razón por ella? (Elvira Sastre)

Apr 21, 2014

Globo y cactus


Siempre he pensado que tengo una forma egoísta de querer, de quererte, pero para mí estaba bien. Hasta entonces.
—Quiero quererte tanto que tanto no parezca nada —dijiste.
Y me asusté. Y en un acto más de cobardía decidí que debías dejar de quererme así, porque esa manera en que tú me quieres me resulta peligrosa. Creo fervientemente que demasiado nunca es bueno. Golpéame si lo que digo son patrañas, yo también creo que lo son, ¿pero cómo me haces dejar de temer? Dejar de pensar tanto. Dejar de vivir con el miedo de saber que te haré daño, ¿cómo carajos?
Y me hiciste caso, empezaste a limitar tus sentimientos. Empezaste a quererme así, como yo te quiero.Con silencios. Sin poemas. Con muy pocas acciones y escasas palabras...
Y te convertiste en alguien con quien mantenía conversaciones nada más porque sí. Tan irrelevante. 
Y dejaste de ser tú. Te volviste un nuevo tú limitado. Y odio a ese tú limitado, porque no es mi novio. Yo sí sigo siendo la novia, aunque no sea la mejor, pero la de siempre, tan terca, tan fría, tan cobarde, tan insegura, tan inocente, tan ingenua, tan conformista. Y este nuevo tú dejó de reírse de mis chistes. A este nuevo tú no le gusto... 
Pero yo me lo busqué. Todo ha sido mi culpa. Es la cucharada de chocolate que merezco. 
Perdóname por estas tontas ideas. La verdad es que nunca quiero perderte, pero creo que cada vez que abro la boca te pierdo un poquito más. 
Resulta que en esta historia tú eres el globo y yo vengo siendo el cactus... ya sabemos cómo funciona eso.