No creí que volver a casa y salir a ver las
estrellas (intentando huir un poco de todo) terminaría por recordarme a ti, a
aquella vez que las miramos juntos y te emocionaste porque nunca habías visto
tantas en toda tu vida.
Recuerdo que te mostré un par de constelaciones y
te dije que era mi parte favorita de volver a casa: los cielos estrellados que
no se perciben en la ciudad. No dijiste nada, pero estoy segura que sonreíste,
y después murmuraste que entendías perfectamente porqué lo decía.
Te sugerí entrar a casa y me pediste que te
dejara disfrutarlo un poco más. Así que te dejé solo. No le di importancia. Y
es que sabías tantas cosas de mí que confesarte algo como eso no me pareció
relevante.
Quién lo diría, lo que creía como pequeñeces son ahora las cosas que más recuerdo y que echo tantísimo de menos.
Quién lo diría, lo que creía como pequeñeces son ahora las cosas que más recuerdo y que echo tantísimo de menos.