No lo he visto con mis propios ojos ni lo
he escuchado de tu boca, pero al parecer todo indica que el rumor es cierto: te
vas. ¿A dónde? No lo sé. ¿Por qué? Quisiera saberlo.
Todo este tiempo las malas experiencias
me han obligado a aprender que no debo ser tan ingenua ni ilusa, hasta no ver,
no creer. Pero como todo lo que va en contra de mi verdadera personalidad, no
funciona, y fracaso. Estoy segura de que la próxima vez que cruce la puerta de
ese salón de la escuela, no volveré a ver tu cara en aquella ventana del
rincón. Tu lugar. Y cada día que
pase me pesará mirar tu asiento vació sin sentir un vacío en el estómago.
Pero más que nada, soy realista, todo en
la vida pasa, lo bueno y lo malo, y sé que tarde o temprano dejara de afectar
tanto tu ausencia. Pero eso no implica que dejaré de extrañarte, y mucho menos
de quererte como ahora te quiero. A pesar de la distancia, seguirás formando
parte de mi vida, porque tú no me abandonarás como los demás, ¿verdad?
No sé en donde estas en este momento, si
aún sigues aquí o ya estas lejos, sólo sé que ya te extraño, y eso es solamente
el principio.
¿A
quién voy a hablarle de ese chico de los ojos marrones? ¿a quién si no eres tú?
Tú eres mi confidente,
la única a la que siempre he querido contarle mis historias. Porque nadie más
podría escucharme como tú, nadie más podría emocionarse conmigo como tú. Nadie
más podría hacerme sentir esa felicidad que tú provocas cada vez que me miras con
ojos curiosos por saberlo todo.
Quizás hablarte de esas cosas no fue la
mejor forma para iniciar una amistad, pero así se dio, y ahora agradezco
infinitamente haber tenido la oportunidad de compartir algo así contigo…
Por lo que veo ni siquiera tuviste tiempo
de despedirte correctamente, pero para mí eso no es ningún problema. Odio las
despedidas, y además, el hecho de que te vayas no quiere decir que debamos
decirnos adiós. Y mucho menos debo
decirte que fue un placer conocerte, aunque lo sea, porque sé que en algún
momento nos volveremos a ver, y la distancia no significa que nuestros lazos
deban romperse.
Lo que sí quiero decirte es que todo este
tiempo ha sido un privilegio tenerte como amiga y que me permitieras serlo para
ti.
Está de más decirte que te extrañaré
mucho porque eso es más que inevitable, lo sabes perfectamente.
Ojalá que en dónde quiera que vayas a
estar la chispa de tu interior siga encendida como siempre, que tus carcajadas
no dejen de escucharse, ni que tu sonrisa deje de dibujarse en tu rostro. Que
donde quiera que estés sigas siendo la chica de siempre… y que no olvides que
existe mucha que como yo te quiere y te aprecia, y que estará para ti siempre
que la necesites.
Esto no es una despedida, es sólo un hasta pronto…