Estaba loca, joder, estaba loca. Tenía en su cabeza una locura preciosa. ¿Cómo no iba a perder la puta razón por ella? (Elvira Sastre)

Nov 26, 2012

El olor penetrante de las gardenias

Siempre tardo un buen rato en asimilar las cosas. Como cuando mi abuelo murió. Hoy hace exactamente cuatro años de eso. Yo no acepté su muerte en seguida, incluso aunque ya se veía venir. A veces olvidaba que él ya no estaba en este mundo y pensaba que seguramente estaba en su casa limpiando su jardín con la misma dedicación de siempre, a pesar de tener ya 92 años. Lo imaginaba visitándome la mañana del fin de semana y golpeando la puerta de mi cuarto con su bastón para despertarme. Lo imaginaba insultándome por la cara de adormilada y de mal humor con la que me paraba de la cama por culpa suya. Imaginaba su risa, su risa de satisfacción por lograr molestarme. A veces en serio se me olvidaba todo que me decía a mí misma que en la tarde lo iría a visitar…
Pero dicen que el tiempo lo cura todo. Ya he entendido perfectamente que se ha ido. No, no es cierto, ¿quién dijo que te fuiste? Uno no está donde el cuerpo sino donde más lo extrañan… y aquí se te extraña tanto. Yo te extraño.

No sé, hay algo en la muerte de mi abuelo que, a pesar de los años, aún me atormenta. Es esa idea de que no llegué a tiempo. No estuve ahí cuando murió. Estaba de viaje, en otro lugar, lejos de casa. Y él me lo dijo. Cuando fui a decirle que estaría fuera por unos días, me lo dijo.
−Pues no tardes, porque yo ya no voy a durar mucho tiempo.
Y se rió. Sus palabras me enmudecieron, pero él sólo reía. Y así, en el mismo tono en que él lo había dicho, logré decirle que no bromeara, que yo iba a volver y quería verlo bien.
Y volví, pero ya era demasiado tarde. Apenas me despertaba para ir a la estación de autobuses y regresar a casa, cuando me avisaron que había muerto. No llegue a tiempo. No pude verle y decirle que había vuelto. Se había ido. Se había ido para siempre.

Mi abuelo fue la primera persona a quien perdí y amaba tanto. Desde entonces me he vuelto más sensible, y lloro más. Además hay dos cosas que siempre me hacen pensar en su muerte: Noviembre, mi mes favorito, y las gardenias, el olor penetrante de las gardenias que a él tanto le gustaban.

Nov 21, 2012

Se necesitan locos

Necesitamos algunos locos, de aquellos que se comprometen a fondo, de aquellos que se olvidan de sí mismos, de aquellos que saben amar con obras y no con palabras, de aquellos que se entregan verdaderamente hasta el fin.
Nos hacen falta locos, desafinados, apasionados, personas capaces de dar el salto en el vacío inseguro y desconocido. 
Nos hacen falta locos.
Locos en el presente, enamorados de  una forma de vida sencilla, liberadores del pobre, amantes de la paz, libres de compromisos, decididos a no cometer nunca una traición, despreciando su propia comodidad o su vida, plenamente decididos por la abnegación, capaces de aceptar toda clase de tareas, de partir dondequiera que sea por disciplina, al mismo tiempo libres y obedientes, espontáneos y tenaces, alegres, dulces y fuertes. Locos.
Yo digo: ¡presente!

-Anónimo.

Nov 12, 2012

Y le brilla el mundo cada vez que le ve


Te sientas en aquella esquina y decides esperar. Has tenido muchos días malos últimamente y lo que menos quieres es frustrarte más de lo que ya estás. Por eso optas por aquella distracción. La música de siempre en tus oídos y la misma mirada perdida te acompañan. La gente pasa y pasa y te resulta indiferente, sólo hay una cosa que te importa en esos momentos: verle. Tus amigos llegan, se sientan a tu lado y comienzan a hablar. No estás interesada, pero sabes que no es correcto ignorarles, y haces caso, asientes con la cabeza y sueltas una que otra palabra, pero sin apartar la mirada del otro extremo del patio.
En medio de aquella lluvia de noviembre, te brilla el mundo. Por fin llega. No traes los lentes contigo pero no son necesarios, ese caminar lo conoces perfectamente y es imposible confundirle con alguien más. Le miras detenidamente con ojos bonitos, ¿se cortó el cabello? ¿Y esa mochila es nueva?, piensas.
Sólo sigues con la mirada cada paso que da. Te has olvidado completamente de quien estaba a tu lado hablando y todo tu mundo ha girado en torno a aquella persona. No es tu culpa, no es algo que puedas controlar. Pero una vez que desaparece de tu vista, regresas. Ahora te sientes culpable, seguramente tus amigos se han dado cuenta de tu momentánea perdición y no quieres que sientan que no te importan. Así que les miras y sonríes, y pones especial atención a lo que ahora te dicen. Quizás se pregunten qué te ha pasado, o quizás ni siquiera les interese, pero sea como sea, no quieres decirlo. Quererle como le quieres no es algo que te haga sentir orgullosa… pero al menos le inyecta un poco de emoción a esos días tan monótonos.

Nov 8, 2012

Ha llegado Noviembre


La estrechó entre sus brazos y ante la falta de respuesta que mostraba, la obligó a corresponderle. No la tomó por sorpresa porque ya se lo había advertido, fueron unas de las primeras palabras que le dijo aquél lunes, pero nunca mencionó el por qué. Y aunque el gesto no le resultaba extraño por venir de alguien como lo era su amiga, no dejaba de sentirse aturdida y un poco agobiada. ¿Acaso algo malo estaba por pasar?
−¿Por qué? –preguntó por fin en cuanto se liberó de aquellos brazos.
Porque es Noviembre –respondió ella sin mirarle, y se marchó.
Era cierto. Noviembre ya estaba ahí. Noviembre. Tan nuboso, tan húmedo, tan fresco, tan bello, tan digno de fotografiar en cada uno de sus rincones. Noviembre. Su mes favorito de todo el año, pero al mismo tiempo el más gris de toda su vida. Noviembre.
Por un momento le entró la nostalgia. Había tantos tristes recuerdos escondidos que resurgían en esas fechas. Pero se le escapó una ligera sonrisa. Incluso aunque esas tristezas aún no se hicieran presentes, aquella chica se había adelantado y le había regalado en un abrazo todo el apoyo que, sin duda alguna, necesitaría muy pronto. No podía haber sido de otra manera.

Oct 26, 2012

Promesas, decepciones


¿Y si de verdad ya no te importo más? ¿Y si de verdad dejaste de ser esa persona que un día conocí? Y si ahora las cosas son así, ¿cómo le hago yo para entenderlo y dejarte ir? ¿Cómo hago para no extrañarte tanto y comprender que nada volverá a ser como antes? ¿Cómo le hago para verte como parte de mi pasado y lograr sonreír por el tiempo que estuviste aquí conmigo, sin desear que vuelvas? ¿Cómo? No sé porque te fuiste. No sé porque nunca has querido decirme nada. Quizás lo hagas para protegerme, quizás tus razones sean algo que es mejor no saber, o quizás nunca me viste de la misma manera en que yo te vi y es por eso que no tuviste la suficiente confianza de decírmelo. No sé, pienso muchas cosas y sólo consigo hacerme daño, y es que el hecho de no tenerte cerca me ha venido afectando desde el instante en que comprendí que probablemente jamás volvería a verte. Porque dijiste que me querías como a una hermana, que siempre estarías ahí para mí cuando te necesitara y que la distancia no cambiaría nada. ¿Y qué hay de todo eso? Sólo decepciones. Decepciones y más decepciones. Todo ha cambiado, todo menos que aún te extraño.

Oct 23, 2012

Y así, le escribí un libro

Todo tiene sentido. Todos esos instantes que me he sentado frente a esta pantalla y he desahogado mis enojos y mis tristezas por culpa de ese chico, han valido la pena. Todo lo estúpida que llegué a sentirme por quererle de una manera poco convencional, ha valido la pena. Todo ha valido la pena. Porque gracias a todos esos malos momentos, los buenos resultan mejores. Gracias a todo eso, he logrado escribir un libro.
Me gustaría contarles cómo me sentí en el momento que vi el mensaje de aquél chico y leí todo aquello que tenía que decirme, pero no creo que pueda explicarme bien. Espero entiendan que el cosquilleo aún no desaparece de mi cuerpo aún cuando hace ya unos días de eso.
No sé si sepan o si ya se los haya dicho una vez, pero es muy emocionante que alguien te diga que tus textos resultan hermosos, que te cuente cuánto se sintió identificado o incluso que te confiese cuánto tiempo le costó dejar de llorar. Siempre me he sentido y me siento agradecida con todos aquellos que le dedican unos minutos de su tiempo a mis creaciones, y por supuesto que sus palabras me hacen sentir halagada, y me inyectan más ganas de seguir escribiendo el resto de mi vida.
Pero verán, cuando alguien que resulta ser muy especial para ti, de una manera diferente a como lo son los demás, te dice que se enamoró de aquellos textos que un día le escribiste y que como parte de una última locura te atreviste a enseñarle, todo cambia. Lo gris se vuelve colorido, las cosas frustrantes se vuelven graciosas, la tristeza se transforma en sonrisas… No sé, es la única manera en que puedo explicar esta situación. Espero sepan de lo que hablo, pero si no, espero que con solo ver mi sonrisa puedan imaginarse cuán emocionada me siento.
Mi última locura resultó muy bien. Logré darle el más genial, lindo y significativo regalo que nadie jamás le haya dado, logré hacerle sonreír mucho, logré hacerle sentir emocionado, conseguí hacerle sentir lo especial que siempre fue para mí. Y eso es mucho más de lo que yo hubiese esperado.

Oct 18, 2012

Por no ser "una chica más"

Quizás sigan pensando que fui muy valiente (él también lo piensa), pero yo aún sigo dudándolo. Me gusta más llamarle coraje. Nunca me ha gustado ser del montón, y para ser sincera, creo que casi nunca lo he sido. Por eso le llamo coraje. Porque quise hacer algo para no ser una más de esas chicas que también parecen haberse enamorado de él. Ya les dije, mis intenciones al hacer esa locura nunca fueron que él se fijará en mí, yo sólo quería que él se sintiera especial de alguna manera, que supiera que es capaz de inspirar a alguien, más allá de sólo una atracción física.
No voy a mentir, él comenzó a gustarme por una atracción física (todos sabemos que así empiezan estas cosas, el físico sí importa, pero sólo como primer plano, después lo importante es la forma de ser de las personas), y aunque quizás no me crean, mi sentimiento nunca se baso solamente en eso. Yo siempre he visto algo más en él, y me atrevo a pensar que lo saben, porque ¿quién escribiría tanto de alguien por el que sólo siente una atracción? Y creo además que saben que si no lo siento, no lo escribo. Así de simple.