Estaba loca, joder, estaba loca. Tenía en su cabeza una locura preciosa. ¿Cómo no iba a perder la puta razón por ella? (Elvira Sastre)

Sep 26, 2012

Para decirles la verdad, le amo. Aunque no es un tipo de amor de película. Yo sólo le veo algunas veces, y pienso que es la persona más bella y agradable del mundo…

Pero la cosa es que ahora le gusta alguien. Y yo quiero que esa persona que le gusta, le deje de gustar. Supongo que ahora quizás piensan que es porque estoy celosa, pero no lo estoy, sinceramente. Es solo que no le muestra la atención que se merece. No quiero decir que sea una mala persona porque no lo es, pero creo que le ve de una manera distinta a como es en realidad. Verán, es como si le tomara una foto y la fotografía fuera hermosa. Ella podría pensar que la razón por la que la fotografía es hermosa es por el modo en que la tomó. Pero si yo la tomara, sabría que la única razón por la que la fotografía es hermosa es por quién sale en ella…
Es muy duro para mí verle sentirse mal consigo mismo sólo porque alguien no le corresponde.
Realmente estoy enamorada, y duele mucho…

[Fragmento]

Sep 24, 2012

Los minutos en un autobús

Muy seguido me preguntan si no me resulta aburrido tener que viajar tanto todos los días para asistir a la escuela. Lo que respondo siempre es que no, al contrario, lo disfruto mucho. Son treinta minutos de música a todo volumen en mis oídos y el paisaje de siempre contemplado a través de una ventanilla. Pero además esto eso que lo hace todo más interesante: el conocer gente nueva. Gente de esa con la que únicamente compartes unos cuantos minutos en el autobús, pero te hace querer contar. Eso, ser nueva para alguien y que lo sea también para ti. Decidir que parte de tu vida le cuentas y que parte no, las cosas buenas o las cosas que no lo son tanto. Sólo hablar. Sentirse extrañamente cómodo con su compañía y hacer placentero el recorrido. Qué más da de donde viene y a dónde va, si es muy poco probable volver a encontrarse, ¿para qué entrar en detalles personales? Incluso, a veces hay cosas que resultan mejor en la incertidumbre, a veces sabes cosas de las personas que te hacen verlas de un modo bonito, y cuando te enteras de algo más, la perspectiva cambia completamente y se estropea. Como el señor de aquella parada de autobús que me pidió amablemente ayudarle a escribir un mensaje en el celular y termino charlando conmigo durante los próximos quince minutos. Su pasado era algo que yo no pedí que me dijeran, no tenía que saberlo, para nada. Y ahora, por más que quiera borrar esa información de mi cabeza, ya no le veo igual. Por eso creo que es mejor escapar antes de que se arruine todo, dejar que el momento termine con un pensamiento de me encantó viajar contigo, y sólo eso.
¿Gente nueva? Se ve todos los días, pero gente que te haga sentir a gusto, muy pocas veces. Pero quizás haya alguien cerca que te haga sentir de esa manera. Alguien con quien quizás nunca hables: la chica que se sienta en aquel rincón del salón, la de los lentes que siempre parece estar en su mundo, la que nunca sonríe, o qué sé yo, cualquier persona puede aparecer en el momento menos esperado y ser una perfecta compañía, e incluso alegrarte el día…

Sep 19, 2012

Agridulces confesiones

Quiero que sepa que aunque duele, amo quererle como le quiero.
Que cada canción que escucho tiene algo que me hace pensar en él. Y que si intento aprenderme alguna de ellas es porque quiero que algún día me escuche cantársela.
Que cuando veo lo delgada que se encuentra la luna sólo logro imaginar su sonrisa.
Que cada vez que veo las estrellas es imposible no pensar en él y tararear aquella canción de mi banda favorita, Look at the stars, look how the shine for you…
Que cuando llueve no existe otra persona con la que deseé ver al cielo llorar, más que él. Que si paso por el espejo y me acomodo el cabello, es porque me gustaría que él me viera bien. Que si paso por el espejo y sonrío, es porque quiero que el día que nos volvamos a topar, vea la mejor de mis sonrisas.
Quiero que sepa que me encantaría verme reflejada en sus brillantes ojos marrones. Y que la impotencia y la incertidumbre me matan cuando de vez en cuando logro percibir un poco de tristeza en ellos.
Que a veces abro la lista de contactos de mi celular sólo para ver su nombre ahí y suspirar. Que siento que le fallo si, por cordialidad, le sonrió a algún chico que dice sentir algo por mí.
Que si me voy a la cama antes de lo normal aunque no tenga nada de sueño, es porque quiero que se adueñe de todos mis pensamientos en lo que las ganas de dormir aparecen. Y que cuando sueño con él, no hago otra cosa en todo el día más que pensar en eso y sonreír como tonta.
Que todas las veces que me topé con su sonrisa, me atonté y me olvide de todo lo que me hacía sentir mal, como si se presionara automáticamente el botón de borrar en mi cabeza.
Que sus labios me resultan muy apeteciblemente apetecibles y que me encantaría que alguna vez tocaran los míos.
Quiero que sepa que él me hizo volver a sentir ilusión por una persona.
Que me pasó mucho tiempo escribiendo los días que imagino a su lado, y que podría hacer un libro del que dijeran que sacudió al mundo. Y que si leo una y otra vez cada texto es porque es la única manera en que logro sentir que forma parte de mi vida.
Que por él mis días tienen un solo sabor a alegría y dolor.
Que es la primera persona en mi corta vida que además de ponerme nerviosa, de hacer que me revoloteen mariposas en el estómago y de que me suden las manos, ha logrado hacerme temblar con solo tenerlo cerca.
Quiero que sepa que a pesar de todo, prefiero tenerlo como amigo a no tenerlo como nada en mi vida. Que al ponerle punto final a este texto, buscaré una foto suya y le desearé buenas noches, a ver si una vez más consigo que se aparezca en mis sueños.
Pero sobre todo, quiero que sepa que en el corazón no se manda, que nadie elije de quien enamorarse y que yo no quería quererlo… que un día me desperté y quise negarlo, que al siguiente lo hice, pero que una semana después los demás lo sabían, y que, aunque aún me resistía a admitirlo, ya no lo pude evitar.

Sep 12, 2012

While I was singing in the rain

Por fin, las nubes han teñido completamente de gris el cielo. Por fin la lluvia se ha hecho presente y ha invadido mis pulmones. Lluvia. Lluvia que se impone al calor y anuncia la próxima llegada del otoño.
Saqué de mi armario mi gorro morado para el frío y le quité el polvo. Tomé el paraguas solo para que mamá no me regañara aunque únicamente caía una pequeña brisa, y decidí salir. Me fui a caminar por las calles y a saludar a los charcos. Me fui a respirar el olor a tierra mojada, a sentirme yo por un momento.
Las gotas de lluvia comenzaron a caer intensamente, y de repente, sonreí. No podía haber otro momento más oportuno, tenía que ser ahora. Tomé el paraguas con fuerza con mi mano derecha y con la otra me sostuve de un asta. Y comencé a girar y a girar, y a cantar con el alma I’m siiiiiinging in the raaaain…
Ahí estaba yo, sintiéndome extrañamente feliz en un lunes que normalmente resulta odioso. Y es que no podía haber sido de otra manera. Por un momento me olvidé de todo y de todos, incluso de ti. Borré el vacío en el estómago que aún sentía desde ayer. Borré todo rastro de dolor que tu indiferencia había dejado en mis entrañas. Y quise deshacerme también de las futuras reservas de ilusiones y sonrisas tontas que sabía que surgirían de inmediato cuando me saludaras solo por cordialidad o cuando creyera estúpidamente que por un momento me he cruzado en tus ojos, pero no tuve éxito. Aunque asegurara que no me comportaría como niña tonta ante tu presencia, siempre resulto ser inestablemente inestable.
Pero dio igual, porque la lluvia estaba ahí, conmigo, lavándote fuera de mi pelo y fuera de mi mente…

Sep 9, 2012

Me gustas cuando...

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Pablo Neruda

Sep 5, 2012

Como una pieza de rompecabezas

Siempre hay una pieza del rompecabezas que pareciera llenar todas las expectativas para pertenecer a un determinado lugar, pero por más que lo intentas, no encaja y no encaja.
Me gusta, demasiado diría yo, ese sonido y esa satisfacción que surge cuando después de haberte rendido y abandonado la pieza en el montón de piezas "para después", te decides por volver a cogerla e intentarlo, y es ahí cuando mágicamente, encuentras su lugar.
Quizás me he vuelto una fanática de los rompecabezas porque la mayoría del tiempo me siento como una pieza que no embona. Incluso aunque esté a gusto por mucho tiempo en un lugar, tarde o temprano el sentimiento cambia, vuelvo a sentirme extraña, desencajada. Quizás es que aun no llega mi hora, quizás aún me falta intentar en muchos espacios más hasta que llegue al indicado, el lugar a donde pertenezco...