Estaba loca, joder, estaba loca. Tenía en su cabeza una locura preciosa. ¿Cómo no iba a perder la puta razón por ella? (Elvira Sastre)

Sep 4, 2015

Te quiero.

Teníamos las narices a tan poca distancia que con un leve movimiento podíamos rozarlas. Pero lo más impresionante eran los ojos. Mis ojos en los de él. Sus pupilas negras con mi rostro dentro.
─Te quiero –me dijo.
Y me dio un beso.
Me rozó los labios y sonrió.
Y todo lo que sentí fueron cosquillas en la panza y un colibrí aleteando en mi pecho.
Así que le miré sonriente, acaricié su cabello, tomé sus mejillas con mis manos y junté sus labios con los míos fundiéndolos en un lento beso en el que juro que habría parado el tiempo si hubiera sabido cómo hacerlo.
Sé que nunca te cansas de decirme que me quieres, pero esta vez fue diferente. 

“Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura." Julio Cortázar.