Estaba loca, joder, estaba loca. Tenía en su cabeza una locura preciosa. ¿Cómo no iba a perder la puta razón por ella? (Elvira Sastre)

May 2, 2013

Esa diminuta chispa de esperanza

Pues vaya, creí que en serio ya tenía entendido eso de que “no podría pasar nada” entre tú y yo. Ya sabes. Creí que había perdido toda posibilidad de que estuviéramos juntos. Hoy me di cuenta de que no estaba del todo consciente de eso. Me di cuenta de que había una diminuta, en verdad diminuta chispa de ilusión en mi interior. Una chispa que consideraba “posible” algo entre nosotros, tal vez no hoy, tal vez no mañana, pero sí en un futuro no muy lejano.
Pero al igual que me di cuenta de ella, esa chispa terminó extinguiéndose.
Verás: supe algo de ti, pero prefiero no dar detalles. Y aunque no es que se me haya roto el corazón con eso, saberlo sí me causó un leve dolor interno. Algo así como una decepción, pero no tan grave. No tan grave porque no es algo difícil de creer. Yo ya lo veía venir.
Así que la pequeña esperanza, que no sabía que vivía dentro de mí, salió a la luz y desapareció. Está más que claro, un nosotros no forma parte de los planes del universo.
Pero qué más da. Qué más da si lo que me dijeron es verdad o no. Yo ya no me atormento queriéndote, ya no me preocupa olvidar, todo llega a su tiempo, tarde o temprano olvidaré. Tarde o temprano mi amor por ti se extinguirá sin dejar cicatrices, y ése, ése será por fin, el final feliz de la historia. ¿Para qué mortificarme?

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