Demasiado: Indica una cantidad, número, intensidad o grado mayor del
necesario, del que se esperaba o del que se considera conveniente.
Piensas demasiado.
Le quieres demasiado.
¿Me has oído hablar de ello? Demasiado nunca es
bueno. Siempre me lo he dicho.
Pero hoy así me tienes: Cada que siento que me estoy
portando como paranoica, queriendo tenerte cada segundo a mi lado, o hablar
contigo, saber de ti, escucharte reír, ver tu “escribiendo” en la pantalla, cada
que siento que intento poseerte, corro y busco en mis libretas viejas aquella
carta que escribí hace un tiempo y nunca te entregué, diciéndote que las cosas
no funcionan si me quieres más de lo que yo puedo quererte y que el amor no se
trata de posesión.
Aquí me tienes, sentada sobre la cama tragándome
mis propias palabras.
Sintiendo demasiado.
Queriéndote demasiado.
Extrañándote demasiado.
Siempre fui una persona solitaria, no sé qué
carajo me hiciste para que ahora no me guste estar sola, y menos sin ti. Supongo
que me acostumbré demasiado a tu presencia, vamos, si me meto a los números, de
las 24 horas del día, al menos la tercera parte lo paso en la escuela, contigo.
Mi celular no me sirve para nada si no es para recibir tus mensajes. Mi casa,
siempre vacía, se ilumina cuando llegas tú. Iluminas todo. Enciendes fuegos artificiales en
mí. ¿Cómo no te voy a echar
de menos? ¿Cómo no voy a querer tenerte a mi lado siempre?
Por eso aquí me tienes. Leyendo esos viejos
garabatos que me atrevo a llamar carta, y recuerdo que meses atrás tú estuviste
como yo ahora, y que yo era más o menos como hoy lo eres tú. Cambiaron los papeles.
Me pongo en tu lugar, y si pudiste soportarlo yo
debo hacerlo también, porque no quiero que te canses de esta chica sensible y falta
de cariño y complicada en la que me he
convertido, y que pide a gritos que no la dejes. Porque si antes parecía dura y
fría, hoy ya no queda nada de eso.
Me asusta que todo ese tiempo que fuimos un
sube y baja de emociones me lo hayas dado todo, y que ahora, que estoy completamente
segura que mi sitio es a tu lado, sea demasiado tarde y ya no puedas/quieras
ofrecer nada más. Ya sabes, el típico “quien
no quiso cuando pudo, no podrá cuando quiera” que tú tanto citas.
No comments:
Post a Comment