Estaba loca, joder, estaba loca. Tenía en su cabeza una locura preciosa. ¿Cómo no iba a perder la puta razón por ella? (Elvira Sastre)

Mar 17, 2012

Aquella chica

Ella le ve llegar y sonríe, pues sabe que está ahí y que podrá seguir viéndole durante el resto del día.
Pasa las primeras horas de la mañana y por fin logra verle a distancia. No hay manera de equivocarse, conoce perfectamente su caminar, su postura, su cabello…
Sabe que en cualquier momento se cruzaran y comienza a ponerse nerviosa. Baja un poco la cabeza, aún no tiene el valor suficiente para verle de frente, desea desaparecer en ese momento pero también desea con todas sus fuerzas que por lo menos la salude o le muestre aquella sonrisa resplandeciente que encanta a su corazón…
¡Y él lo hace! Le sonríe, y le dice hola con la mano.
Él no lo sabe, pero aquel insignificante suceso ha hecho que su corazón lata al ritmo del de un colibrí.
Ella se siente feliz con el simple hecho de saber que, por un breve instante, la ha visto.
Porque ella siempre mira en su dirección pero él no le presta atención
Porque entonces, cuando nada pasa, se maldice y se enoja consigo misma por ser tan ilusa y haber creído que un simple saludo significaba algo.
Pero a pesar de todo, de saber la verdad, de ser consciente de la situación, de tener claras las cosas, de ilusionarse y desilusionarse tantas veces en tan poco tiempo, su corazón aún tiene la esperanza de que algún día él se acerque a hablarle…
Y un día lo ve caminar en su dirección, su corazón salta de alegría, por fin ha llegado el día que tanto anhela, el día en que se sentará junto a ella y comenzaran a hablar de lo que sea…
Pero él toma un camino diferente, sigue de largo, se va, se aleja…
Y así es todos los días, de lunes a viernes, días llenos de ilusiones y desilusiones…
Ella ha escrito mucho de él, hasta la cosa más insignificante ha quedado plasmada en aquellos cuadernos sin pasta, en aquellas hojas sueltas y en aquella pantalla.
No recuerda haber pasado por algo así antes, es la primera vez que la invade esa necesidad de formar parte de la vida de alguien…

Quiero ser en tu vida algo más que un instante,
Algo más que una sombra y algo más que un afán.
Quiero ser en ti mismo una huella imborrable
Y un recuerdo constante y una sola verdad

No sabe qué pasará el día que él se vaya, todo será tan aburrido… ¿a quién verá?
Como muy pocas veces quisiera que los segundos, los minutos, las horas, los días, pasaran despacio… y que cuando esté cerca de él y lo esté viendo duren una eternidad.
Pero todo lo que ella piensa son sólo deseos, de nada sirven, lo sabe bien. No le queda más que resignarse y aprovechar el tiempo que le queda, para que cuando se vaya pueda recordar su rostro con exactitud y sonreír, sonreír por el bello recuerdo que deseó que pudiera ser algo pero que al final no fue nada.

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