Hoy abordé de nuevo el camión que me llevó a ti durante tantos años. Pasé por tu casa y sonreí, porque sé que estabas ahí dentro, siendo tan tú.
Eso me puso, y estoy contenta, porque me di cuenta de que no te guardo ningún rencor a pesar de los últimos acontecimientos que me hicieron detestarte. Ya no. Sé que siempre estaré para ti (porque así es como soy yo), aunque ya no estés conmigo, ni hablemos, ni seamos los amigos que prometimos siempre ser.
Yo te llevo acá dentro, muy, muy dentro de mí.
Y te quiero, por siempre y para siempre.
Ojalá me pase eso algún día.Sonreir, superarlo...
ReplyDeleteUn saludo