No tiene nombre.
Es querer que me hagas
caso. Sentarme tu lado, tomar tu mano, posar
mis labios en tus mejillas infinidad de veces. Jugar a ser niños como antes. Cruzar
las calles corriendo con el semáforo en verde. Jugar a que te pego y me pegas. Y
hablar de béisbol. Y ver los partidos de béisbol. Y verte jugar béisbol y
sentir esa emoción. Y poder estar ahí para ti. Ser niños de nuevo. Hablar sin
parar de cualquier cosa. De la forma de las nubes. De los días de lluvia. De saltar
en los charcos. De ir a la playa en un día nublado. Ser felices de nuevo, como cuando
nos conocimos. ¿Recuerdas cuando nos conocimos? Supongo que sí, pero eso ya no
te importa, yo ya no te importo de esa manera. Y es justo, ese presente data de
muchos días atrás y no hay porqué volver a ellos si tú y yo ya no somos lo que
éramos.
Quizás sólo sea la
nostalgia de aquellos días. Quizás sólo me extraño a mí misma aquellos días. A cómo
era mi vida y cómo era yo cuando estaba contigo. Quizás estas ganas de mirarte
y quedarme un día entero sentada a tu lado viendo pasar el tiempo sólo
significan que te extraño, me extraño, nos extraño.
O quizás todo sea culpa
del otoño, y de noviembre. Siempre Noviembre
Tus textos siempre consiguen ponerme la piel de gallina. Me encantó. Me encantó muchísimo.
ReplyDeleteUn besazo <3